miércoles, 3 de septiembre de 2014

Náyades en las paredes

Mujer en volandas


























Esta "Mujer en volandas" acudió al objetivo de mi cámara una tarde de junio, mientras paseaba por una calleja de Lisboa. Me llamó la atención, porque parecía una Ninfa de los bosques suspendida en la pared de un edificio en ruinas. Me gustó su fragilidad, y su ritmo de estática bailarina eternamente pegada a un muro condenado al derribo.

La poesía que acompaña esta fotografía habla de la tensión perpetua entre el poder de la magia y el mazazo de la realidad. 

Imagen y poesía vuelven a caminar unidas, para dar coherencia a la expresión de un run run que se debate a menudo en nuestras mentes.


Náyade

Tengo la cabeza ocupada por Náyade.
¿Es una o un?, 
me preguntas tu,
mientras mi mirada 
coquetea con el brillo sonrosado del ocaso.


Deseo que Náyade
sea ninfa del río,
como en un cuento mitológico,
un ser frágil, ágil, suave, 
mágico.
Pero no lo es.

Es un parásito,
un huevo alojado en las branquias 
de un pez,
que torna en concha negra
y se prende 
al lodo del fondo del río.

Náyade
no es un ser frágil, ágil, suave 
ni mágico.
Náyade es Náyade.
Una palabra hermosa
bañada de realidad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario