viernes, 10 de julio de 2015

LITERATURA Y MEMORIA

Mujeres en el muro


Subo la reseña de Las tres bodas de Manolita, un libro que me conmovió. Soy lectora habitual de Almudena Grandes, pero desde que se dedica a refrescarnos la memoria histórica con sus particulares Episodios de una guerra interminable me he convertido en una auténtica fan de sus novelas.

La fotografía que he colocado como cabecera de esta reseña la realicé en una calle de Madrid. Los muros en los que intervienen los artistas urbanos también contribuyen a refrescarnos la memoria en ocasiones. Esta imagen me lleva inevitablemente a ese Madrid de la postguerra, y cuando estaba leyendo este libro sin proponérmelo la veía en mi memoria. La foto la realicé antes de leer el libro, y las caras de estas mujeres se colaron en las páginas de Las tres bodas de Manolita gracias a un cóctel de la imaginación, proporcionando rostro y figura a personajes del relato. Por eso he decidido utilizarla para abrir este post.

LAS TRES BODAS DE MANOLITA

Tu risa me hace libre/ me pone alas/ soledades me quita/ cárcel me arranca. Cuando terminé de leer Las tres bodas de Manolita, tercera entrega de los Episodios de una guerra interminable de Almundena Grandes, se me vinieron inmediatamente a la mente estos versos de las Nanas de la cebolla de Miguel Hernández. Porque la risa, conservar la alegría -aunque doliera- es uno de los rasgos de resistencia más dignos presente en el carácter de los personajes vencidos que llenan las páginas de esta última novela de Almudena Grandes.

La autora reivindica la fortaleza de resistentes de los vencidos en la guerra civil en este tercer libro, en el que un elenco de personajes inolvidables reconstruyen el friso trágico que se vivió en Madrid desde que los casadistas, traicionando al Gobierno de Negrín, se rindieron a Franco poniendo fin a la guerra y entregando a los resistentes al ejército golpista. El sufrimiento impuesto a las gentes durante el Madrid de la posguerra fue tremendo, porque Franco tenía claro que era necesario dominar con la fuerza de las armas, del miedo y de la muerte a una ciudad de resistentes. Las penalidades que se infligieron sobre los señalados del bando perdedor, tanto dentro como fuera de las cárceles, cuesta describirlas con las palabras adecuadas, Almudena lo consigue.
Almudena Grandes exprime su voluntad creativa en este libro para colocar palabras como ladrillos perfectos en la reconstrucción de una parte importante de nuestra memoria histórica reciente, que se ha hurtado con la fuerza del silencio y se ha manipulado con el descaro de supuestos historiadores, primero por los vencedores y después -aun hoy padecemos la lacra de la impostura- por sus herederos ideológicos.
Esta novela tiene la virtud de conmover desde las primeras líneas y de aferrar al lector a sus páginas con fuerza. El ritmo del relato y la trama consiguen crear unos lazos con los personajes que impiden que se abandone su lectura hasta llegar al final. La forma de narrar de Almudena, haciendo piruetas temporales magistrales, que atrapan y mantienen el ritmo vivo de cada cauce por el que se bifurca el relato, hacen de este libro, y también de los otros dos precedentes, joyas de la literatura contemporánea que no se pueden dejar de lado. Uno de los aspectos que más me han gustado de la novela es que la conecta con las dos anteriores a través de hilos sutiles, aunque tan consistentes como el sedal de pesca, para unir tramas y personajes. Esto permite que el lector se pueda hacer una composición global de lo sucedido durante esos Episodios de una guerra interminable.
He leído en alguna entrevista que Almundena Grandes es una gran admiradora de Benito Pérez Galdós y que con esta saga ambiciona componer una especie de Episodios nacionales sobre la etapa de la historia comprendida entre el final de la guerra y la muerte del dictador. Sin duda es una empresa arriesgada, pero por ahora estos tres libros ya publicados -de los seis que tiene proyectados- cumplen con creces con ese propósito.
Almudena Grandes está consiguiendo llenar un vacío literario muy necesario para poder entender –con la ayuda de la literatura y desde el punto de vista de la cultura, que es una de las formas más firmes de explicar el pasado- realmente qué fue lo que sucedió una vez que termino la guerra y “en lugar de llegar la paz, llegó la victoria”.
Recomiendo este libro porque además de ser una monumental novela, escrita con una prosa prodigiosa, es también un territorio literario en el que florece la memoria. En las páginas de Las tres bodas de Manolita se abren muchas puertas que han permanecido cerradas durante demasiado tiempo y se da voz a miles de gentes silenciadas durante décadas, que padecieron esa terrible guerra interminable durante la “paz” de Franco.












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