Mujeres en el muro |
Subo la reseña de Las tres bodas de Manolita, un libro que me conmovió. Soy lectora habitual de Almudena Grandes, pero desde que se dedica a refrescarnos la memoria histórica con sus particulares Episodios de una guerra interminable me he convertido en una auténtica fan de sus novelas.
La fotografía que he colocado como cabecera de esta reseña la realicé en una calle de Madrid. Los muros en los que intervienen los artistas urbanos también contribuyen a refrescarnos la memoria en ocasiones. Esta imagen me lleva inevitablemente a ese Madrid de la postguerra, y cuando estaba leyendo este libro sin proponérmelo la veía en mi memoria. La foto la realicé antes de leer el libro, y las caras de estas mujeres se colaron en las páginas de Las tres bodas de Manolita gracias a un cóctel de la imaginación, proporcionando rostro y figura a personajes del relato. Por eso he decidido utilizarla para abrir este post.
LAS TRES BODAS DE MANOLITA
Tu risa me hace libre/ me pone alas/ soledades me quita/ cárcel me
arranca. Cuando terminé de leer Las
tres bodas de Manolita, tercera entrega de los Episodios de una guerra
interminable de Almundena Grandes, se me vinieron inmediatamente a la mente
estos versos de las Nanas de la cebolla de Miguel Hernández. Porque la
risa, conservar la alegría -aunque doliera- es uno de los rasgos de resistencia
más dignos presente en el carácter de los personajes vencidos que llenan las
páginas de esta última novela de Almudena Grandes.
La autora reivindica
la fortaleza de resistentes de los vencidos en la guerra civil en este tercer
libro, en el que un elenco de personajes inolvidables reconstruyen el friso
trágico que se vivió en Madrid desde que los casadistas, traicionando al
Gobierno de Negrín, se rindieron a Franco poniendo fin a la guerra y entregando
a los resistentes al ejército golpista. El sufrimiento impuesto a las gentes
durante el Madrid de la posguerra fue tremendo, porque Franco tenía claro que
era necesario dominar con la fuerza de las armas, del miedo y de la muerte a
una ciudad de resistentes. Las penalidades que se infligieron sobre los
señalados del bando perdedor, tanto dentro como fuera de las cárceles, cuesta
describirlas con las palabras adecuadas, Almudena lo consigue.
Almudena Grandes
exprime su voluntad creativa en este libro para colocar palabras como ladrillos
perfectos en la reconstrucción de una parte importante de nuestra memoria
histórica reciente, que se ha hurtado con la fuerza del silencio y se ha
manipulado con el descaro de supuestos historiadores, primero por los
vencedores y después -aun hoy padecemos la lacra de la impostura- por sus
herederos ideológicos.
Esta novela tiene la
virtud de conmover desde las primeras líneas y de aferrar al lector a sus
páginas con fuerza. El ritmo del relato y la trama consiguen crear unos lazos
con los personajes que impiden que se abandone su lectura hasta llegar al
final. La forma de narrar de Almudena, haciendo piruetas temporales
magistrales, que atrapan y mantienen el ritmo vivo de cada cauce por el que se
bifurca el relato, hacen de este libro, y también de los otros dos precedentes,
joyas de la literatura contemporánea que no se pueden dejar de lado. Uno de los
aspectos que más me han gustado de la novela es que la conecta con las dos
anteriores a través de hilos sutiles, aunque tan consistentes como el sedal de
pesca, para unir tramas y personajes. Esto permite que el lector se pueda hacer
una composición global de lo sucedido durante esos Episodios de una guerra
interminable.
He leído en alguna
entrevista que Almundena Grandes es una gran admiradora de Benito Pérez Galdós
y que con esta saga ambiciona componer una especie de Episodios nacionales
sobre la etapa de la historia comprendida entre el final de la guerra y la
muerte del dictador. Sin duda es una empresa arriesgada, pero por ahora estos
tres libros ya publicados -de los seis que tiene proyectados- cumplen con
creces con ese propósito.
Almudena Grandes
está consiguiendo llenar un vacío literario muy necesario para poder entender
–con la ayuda de la literatura y desde el punto de vista de la cultura, que es
una de las formas más firmes de explicar el pasado- realmente qué fue lo que
sucedió una vez que termino la guerra y “en lugar de llegar la paz, llegó la
victoria”.
Recomiendo este
libro porque además de ser una monumental novela, escrita con una prosa
prodigiosa, es también un territorio literario en el que florece la memoria. En
las páginas de Las tres bodas de Manolita se abren muchas puertas que
han permanecido cerradas durante demasiado tiempo y se da voz a miles de gentes
silenciadas durante décadas, que padecieron esa terrible guerra interminable
durante la “paz” de Franco.
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